Actualidad: Argentina adopta medidas para mercaderías procedentes del Sudeste Asiático
1 de octubre de 2007 - numero_24
En la edición anterior, el encabezado de nuestro editorial contenía en si mismo un tema de reflexión “Globalización o proteccionismo, siempre habrá un dilema”. Como todo asunto, el libre mercado contiene tanto beneficios, como desventajas, los países que en el intercambio exportan materias primas, mientras reciben productos terminados con valor agregado y alto contenido de mano de obra, comienzan a sentir consecuencias en su PIB y en la generación interna de empleo.
El Ministro de Economía de Argentina, anunció medidas que tienden a estimular la producción nacional. En este contexto es importante conocer la posición de la Cámara de la Industria de Artículos de Librería (CIAL), con este propósito entrevistamos a Alberto Lucchini, quien integra la Comisión de Comercio Exterior de CIAL. El ejecutivo argentino, que además es gerente de marketing de Pizzini S.A., nos explica que la Aduana Argentina tiene tres métodos de control de importaciones, clasificados por canales y colores que hasta hace poco tiempo se asignaban aleatoriamente. Así en el Canal Verde sólo se presenta la documentación y los productos ingresan al país en el mismo día y sin revisiones. En el Canal Naranja se analiza la documentación y los productos no se revisan (salvo irregularidades) ingresando dentro de 48 hs. En el Canal Rojo se analiza toda la documentación y se inspecciona la mercadería. Por disposición del Ministerio de Economía, ahora todos los productos originarios de Corea Democrática, Corea Republicana, China, Filipinas, Hong Kong, India, Indonesia, Malasia, Pakistán, Taiwán, Tailandia, Singapur y Vietnam, entran al país por el Canal Rojo, aplicándose así el máximo control y la exhaustiva verificación de documentos y productos, lo que ahora implica más de 10 días, con sus correspondientes costos extras. El propósito es comprobar casos de copias y falsificación de marcas, dumping y subfacturación, que en algunos productos ha llegado a situarse por debajo del costo de las materias primas necesarias para producirlos, compitiendo en forma ilegal y asfixiando a fabricantes locales.
Además, independientemente de su origen, a 3.000 posiciones arancelarias se les adjudicaron los llamados “Valores Criterio” que son presuntivos de la Aduana y se fundamentan en referencias internacionales. Todo producto que esté por debajo de dicho valor deberá, de todas maneras, pagar el impuesto correspondiente al Valor Criterio mínimo publicado por Aduana.
Lucchini explica que, si bien inicialmente se ha complicado el ingreso de mercaderías, la Cámara estima que se recaudarán más impuestos, se contrarrestará el abuso y se saneará paulatinamente el mercado, estabilizando la producción nacional y sin perjuicio para los importadores que compitan respetando las buenas prácticas comerciales.