América latina, a dos velocidades

América latina no es una unidad en lo que se refiere al desempeño económico. Hay dos áreas diferenciadas con un límite claro entre ambas: Panamá. Uno de los países que más sintió la gran recesión de 2008 – 2009 sin ninguna duda fue México. Mantiene una dependencia comercial con Estados Unidos muy elevada, en el sentido de que aproximadamente un 80% de sus exportaciones se dirigen al país del norte.

Además, México también había desarrollado un sector hipotecario apalancado, por lo que quedó más afectado que el resto de la región.

Por último, las entradas de capitales dependen en gran medida de las remesas enviadas por inmigrantes mejicanos desde Estados Unidos hacia su país de origen, por lo que un agravamiento del desempleo en el primero tendría consecuencias sobre la balanza de capitales del segundo a través de este canal.

Por la vía de la caída de las exportaciones a Estados Unidos, los países más perjudicados son, además de México, los de Centroamérica, ya que exportan un alto porcentaje de su PIB a Estados Unidos. En cambio, los países de Sudamérica, si bien sufrirían una contracción en sus exportaciones, están más diversificados en cuanto al destino de estas, y por tanto más protegidos. Sin embargo, Venezuela y Ecuador también se muestran vulnerables en este sentido.

Caída mundial

De todos modos, la caída de la demanda de importaciones en Estados Unidos no es, de ninguna manera, la única vía de contagio. La recesión implica una caída en la demanda mundial de productos y una caída en los precios internacionales. Venezuela, por ejemplo, es sumamente dependiente del precio del petróleo, que ya ha perdido parte del terreno recuperado y bajaría aún más por la recesión, lo cual impactaría fuerte sobre su nivel de actividad.

De modo similar, en Argentina también golpearía mucho la caída del precio de la soja. La economía brasileña, con una mayor inserción internacional de su sistema financiero y productivo, debido en parte al peso de las sucursales transnacionales en su economía, sufrirá impactos negativos considerables. El PIB crecerá menos y habrá más presiones para la depreciación del real.

¿Cuáles serán los sectores industriales más afectados en la región? Principalmente los sectores exportadores más atados al mercado norteamericano, como el textil, el automotriz y el acero. Estados Unidos es el principal comprador de automóviles y la caída en la demanda ya se hizo sentir en México, Brasil y Argentina, con suspensiones temporales de trabajadores. El público norteamericano tratará de priorizar el gasto en artículos de mayor necesidad como alimentos y medicina, disminuyendo el consumo de automóviles, vestimenta y artículos de lujo.

Por otro lado, la contracción internacional del crédito afectará a todos los países y es posible que las industrias dependientes del crédito local para el consumo, como la línea blanca, se vean también afectadas. Por su parte, la inversión en infraestructura pública, altamente dependiente de líneas de crédito, tendrá por delante un difícil desafío.

¿De qué manera las empresas pueden “eludir” la caída del consumo? La estrategia más común es la rebaja de precios. Cuando cae el consumo las empresas comienzan una competencia más intensa para atraer clientes, y en épocas de recesión los consumidores se fijan primordialmente en los precios. La flexibilidad para pasar a producir productos menos elaborados pero de menor costo se convierte en una alternativa interesante. Por otro lado, las empresas con capacidad exportadora deberán diversificar su cartera con el fin de no atarse a la suerte de un solo país.

En definitiva, la región se prepara para amesetar su curva de fuerte crecimiento histórico, habiendo buenos fundamentos para enfrentar el frío que viene del Norte. Se espera que la región crezca 4 % en 2012 y que sigan muy expansivos Perú, Paraguay y Uruguay. Argentina reduciría su ritmo de expansión a menos de 5 %.

Fuente: La Gaceta – Argentina