Stiglitz: Los gobiernos deberían crear sus propios bancos
29 de junio de 2010 - Destacados
“Hoover creía que cuando se entra en recesión, aumentan los déficits, por lo que optó por los recortes, y esto es precisamente lo que quieren ahora los estúpidos mercados financieros que nos metieron de lleno en los problemas que tenemos”, señala el premio Nobel.
Según Stiglitz, es el clásico error de quienes confunden la economía de una familia con la de una nación.
“Si una familia no puede pagar sus deudas, se le recomienda que gaste menos para que pueda hacerlo. Pero en una economía nacional, si se recorta el gasto, decae la actividad económica, nadie invierte, disminuye la recaudación fiscal, aumenta el gasto en desempleo y uno termina sin dinero para pagar las deudas”, explica.
“Hay muchos experimentos que lo demuestran gracias a Herbert Hoover y el Fondo Monetario Internacional”, dice Stiglitz, según el cual este último organismo aplicó esas recetas erróneas a Corea, Tailandia, Argentina, Indonesia y muchos otros países en desarrollo en los años ochenta y noventa.
“Sabemos lo que ocurre. Las economías van a debilitarse, se reducirán las inversiones y se producirá una terrible espiral descendente”, dice Stiglitz, que recuerda lo sucedido en Japón, que acometió un experimento similar en 1997, cuando estaba en vías de recuperación, aumentó el IVA y se hundió en una nueva recesión.
La respuesta, según Stiglitz, no es reducir el gasto público sino redirigirlo: “Se puede recortar el dinero que se gasta en la guerra de Afganistán. Se recortan varios cientos de millones de dólares desperdiciados en el sector militar. Se reducen las subvenciones al petróleo”.
“Hay muchas cosas que pueden recortarse. Y hay que aumentar el gasto en otras áreas como la investigación y el desarrollo, la infraestructura, la educación”, todas ellas áreas en las que el Gobierno puede obtener una buena rentabilidad de sus inversiones.
Según Stiglitz, “no hay tampoco ninguna razón por la que no podrían aumentarse en un 40 por ciento los impuestos a las ganancias especulativas (del sector inmobiliario).
Ese tipo de especulación, dice, “no beneficia a la sociedad y la tierra va a seguir ahí, con independencia de que la gente especule o no. Y a cambio de eso, se rebaja el gravamen a otras actividades como la investigación y desarrollo”.
Fuente: El Mostrador-Chile