Sobre la Guerra de las Papeleras
1 de octubre de 2008 - numero_28
Se ha generado una gran controversia debido al establecimiento de papeleras en Latinoamérica, la polémica ha trascendido fronteras hasta originar la llamada “Guerra de las Papeleras”, que ha distanciado países tan fuertemente ligados como Argentina y Uruguay. Se ha interrumpido el puente sobre el Río Uruguay (cuyas aguas antes unían a ambos países y que hoy les dividen paradójicamente) obstaculizando las actividades comerciales, turísticas y hasta doméstico-familiares. La contienda ha llegado a los tribunales internacionales. Mientras desde la costa uruguaya se defiende la inversión, el aumento del PIB y la generación de empleos, desde la costa argentina se desaprueba la contaminación de las aguas. En tanto, cada batalla de la “Guerra de las Papeleras” ha permitido capitalizar votos a políticos de las más altas esferas, los que no han desperdiciado oportunidad.
Un nuevo capítulo se abre con la inminente apertura de otra planta pastera, esta vez en la costa atlántica. Portucel Soporcel estaría por invertir US$ 3.000 millones, lo que significaría la inversión extranjera más cuantiosa en la economía uruguaya, la propuesta además sugiere la generación de 5.000 empleos.
La firma portuguesa es una de las más grandes papeleras de Europa con una capacidad de producción anual de 1 millón de toneladas de papel y de 1,3 millón de toneladas de pulpa (pasta). Su facturación en 2007 superó los US$ 1.800 millones. Con cifras tan alentadoras, qué les mueve a los lusitanos a instalarse en Uruguay? Hay quienes aseguran que el móvil son las trabas de la legislación ambiental europea. Si las fábricas de pasta de papel no son contaminantes -se preguntan los críticos- ¿por qué no las establecen en sus propios países?…
Panorama de la industria papelera
Para obtener una visión objetiva, deberíamos primero analizar el panorama internacional de la industria papelera.
Un estudio del Grupo Coface, indica que la demanda de productos de la industria papelera disminuye en los mercados desarrollados de Europa y Norteamérica (donde se encuentran los mayores productores), otro problema para la industria radica en que, a esta disminución de la demanda, se le suma el alza del costo de materias primas. A pesar de ello, el fuerte aumento del consumo en Asia y en otras regiones emergentes, como América Latina, permiten un mejor equilibrio entre oferta y demanda. Además debe considerarse que la rentabilidad de la industria del papel varía considerablemente, dependiendo de la localización de las fábricas, el tipo de producción y la situación del ramo.
Los países que cuentan con una importante extensión forestal (en el análisis de Coface destacan Rusia, Chile y Brasil) y eventualmente con un clima que acelera el ciclo de crecimiento y de tala (regiones intertropicales de Asia y de América Latina) atraen a los grandes productores por sus abundantes recursos en materia prima, tanto más cuanto que éstos a menudo se encuentran cercanos a los mercados en fuerte desarrollo. Considerando los aumentos en el costo del transporte, la ubicación geográfica de las papeleras también es estratégicamente significativa. Si la demanda es creciente en Latinoamérica, no es descabellado pensar en establecerse en este continente, se acortarían los tiempos de entrega y se abaratarían los fletes.
Por otra parte la apreciación del Euro, constituye un elemento perturbador que impide a los productores del Viejo Continente, ser lo suficientemente competitivos en sus exportaciones, sumándose además la aludida reducción de la demanda interna. Aun así estos argumentos pueden no ser suficientes para muchos, cuestionándose que las papeleras sólo producen pasta de celulosa, materia prima sin valor agregado. Sin embargo la citada investigación de Coface, indica contrariamente que las empresas más rentables han sido precisamente las productoras de pulpa de papel, están obteniendo mayores utilidades que los productores de papel periódico o de papel para impresión y escritura. Con la ralentización de la economía europea el panorama de las papeleras se ve comprometido, grandes grupos escandinavos no dudaron en cerrar unidades de producción que paradójicamente, fueron a veces compradas a buen precio por fondos de inversión.
Cuestión Ambiental
Si bien podemos entender cuales razones hacen atractivo establecer papeleras en nuestro continente, ahora nos quedan los interrogantes más vitales:
¿Para blanquear la pulpa producida la nueva planta usará tecnología a base de cloro (dióxido de cloro)? Aunque el método es más barato es altamente contaminante, destruyendo la biodiversidad y limitando la posibilidad de supervivencia humana.
Si por el contrario se emplearán blanqueadores a base de oxigeno (peróxido de hidrógeno) como los utilizados en Escandinavia con tecnología TCF (totally chlorine free) ¿Existe la legislación establecida? ¿El Estado uruguayo está en capacidad de regularlo? ¿Las autoridades están capacitadas para controlar los efluentes? ¿Con que tecnología operan las controvertidas Botnia y Ence?
Es evidente que la responsabilidad de las autoridades uruguayas es inmensa, no sólo con sus habitantes y sus vecinos, sino con el planeta mismo. No se trata de un simple desafío, se trata de una situación de altísimo riesgo. La muestra está del otro lado del río, desde donde se lanzó la primera piedra, allí también existen denuncias fundamentadas contra pasteras locales contaminantes. En Chile tampoco faltan incidentes que son recriminados por autoridades en materia ambiental. En Brasil también se censuran manejos irresponsables. La lista no termina. No se pretende adquirir posturas de ambientalistas extremos, pero se debe exigir de las autoridades una actitud responsable, la capacidad técnico-operativa y –sobre todo- la honestidad moral requerida para salvaguardar el planeta.