Responsabilidad Social Empresaria
1 de julio de 2008 - numero_27
{toggle createdate}Lo saben los expertos y es, desde hace un buen tiempo, tema de discusión en toda empresa contemporánea: no se puede eludir la Responsabilidad Social Empresaria.
La RSE es fundamental en la construcción de fidelidad, potencia la imagen de marca y de empresa y es componente fundamental de la rentabilidad corporativa a largo plazo.Como dijimos es ineludible, pero si aceptamos la importancia del tema tendremos dos opciones básicas. La primera es la de tomar medidas que encuadren a nuestra organización dentro de pautas socialmente responsables, porque no queremos dejar de vender a un público que así lo exige. La segunda opción es seguir esas mismas pautas porque queremos, como en el anterior caso, vender más pero antes que nada, preferimos ser socialmente responsables de verdad.
Podríamos rastrear antecedentes de lo que hoy se llama Responsabilidad Social Empresaria a lo largo de la historia y en particular en el siglo XIX, cuando se comenzaron a percibir los efectos de un industrialismo que crecía, multiplicando capacidades y deshumanizando espacios. Fueron los movimientos sociales de la década del sesenta en el pasado siglo, particularmente en los Estados Unidos, los que definieron sus características actuales que coordinan diferentes reacciones, contra los efectos negativos de la liberalización económica.
Una empresa es socialmente responsable, cuando valora particularmente el impacto de sus acciones en los trabajadores, en la comunidad y también en el medio ambiente. Es igualmente importante el respeto a las leyes y normativas de cada país, a los acuerdos internacionales y procurar que toda la cadena productiva sea respetuosa de lo antes enunciado, construyendo de esta manera un círculo virtuoso. Y esto último es bastante más que una expresión de buenos deseos, porque en el espacio de la responsabilidad de las empresas y en la posibilidad de crear una virtuosa red, se juega gran parte de nuestro futuro, y no estamos hablando exclusivamente de negocios.
El estado, está ya muy lejos del welfare state, aquel concepto que surgió en la postguerra y que se afirmó a mediados del siglo XX. El pensar a un estado ejecutando políticas sociales, que puedan garantizar el bienestar de los ciudadanos en temas centrales como educación, salud y vivienda es casi una utopía y/o parte de discursos que buscan solamente ganar votos. La responsabilidad del rumbo futuro ya no depende de los estados, sino que está en manos de quienes realmente manejan resortes fundamentales y que con su ejemplo, pueden modificar lo que parece como inmodificable. Las empresas se han transnacionalizado y hoy forman parte de un reducido pero influyente grupo, no siempre fácil de identificar con un rostro humano. Hay compañías que tienen cientos de miles de empleados con ingresos que superan el PIB de muchos países y que pueden en una aparentemente inocente especulación bursátil, incidir en el destino de millones (positiva o negativamente). Hablemos de petróleo y de su valor que ya superó todas las fronteras imaginables. ¿Quién determina su valor? ¿Algún estado, incluyendo los más poderosos, puede cambiar la dirección actual que lleva a un crecimiento indetenible en el costo del barril? El Rey Abdullah Bin Abdulaziz, de Arabia Saudita, uno de los mayores productores de crudo ha aclarado que el precio actual es resultado de la especulación y se compromete junto a los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la Agencia Internacional de Energía (AIE) y el Foro Internacional de Energía (FIE), a enfrentar esta amenaza que afecta particularmente a las economías de los países menos desarrollados. Es evidente que sólo la RSE podría cambiar la dirección en este tema y en muchos otros que condicionan el futuro de muchos seres humanos.
Los especuladores, en todos los espacios y todos quienes tienen un comportamiento contrario a la ética y a la ley (en ese orden), no tienen Responsabilidad Social Empresarial e insistimos, sin ésta, es impensable el crecimiento y desarrollo no sólo económico. Las declaraciones son importantes pero lo son mas las acciones. Podemos cumplir formalmente con los requisitos que nos hacen socialmente responsables como empresas, pero esto no es suficiente. Un pensador chileno, Humberto Maturana, afirma que “los valores se viven o se niegan” y en la Responsabilidad Social Empresarial esta reflexión tiene particular validez.
La RSE tiene -como se puede deducir de lo expuesto- una dimensión interna y otra externa. La primera tiene que ver con el interior de nuestra organización y quienes la integran. La segunda con los agentes del proceso productivo y con el medio ambiente, con la comunidad y con la sociedad. Esta responsabilidad va más allá de lo puramente tecnológico y apunta a la mejora en el espacio de la gestión y de la relación de la empresa con su entorno social y medioambiental y, particularmente, en el espacio de lo laboral. Todos -unos más, otros menos-, ya estamos transitando en este camino que nos lleva a ser socialmente responsables, pero tenemos que ir más allá. ¿Cómo hacerlo? Existen diferentes instituciones como, por ejemplo, el Instituto Ethos de Brasil, que pueden orientarnos con guía y asistencia específica, pero el requisito sine qua non es querer sinceramente ser responsable, mas allá del marketing, porque éste es en primera y última instancia un tema ético y, como citábamos, “los valores se viven o se niegan”.
Existen muy buenos ejemplos de Responsabilidad Social Empresaria en nuestro sector. Apuntan a fortalecer la educación, las normas de seguridad, el espacio de trabajo, las relaciones trabajador-empresa y el medio ambiente. Encontramos también, esfuerzos que se centran en el fortalecimiento de las generaciones futuras.
Mercur
El programa Nuestros Hijos que promueve Mercur, está dirigido a los hijos de los funcionarios de la empresa y esto afirma, como exponíamos mas arriba, la dimensión interna de la RSE. Su preocupación por los que crecen no está limitada a ese espacio y esta empresa brasileña también trabaja en proyectos para niños y adolescentes de diferente procedencia, con el objetivo de educarlos como ciudadanos responsables, canalizando sus talentos y potencialidades.
Merece un apartado especial el trabajo de Mercur con la Universidad de Santa Cruz do Sul en apoyo de niños y adolescentes internados en el Hospital Santa Cruz, en Santa Cruz do Sul.
Acrimet
En RSE podemos afirmar que “una acción vale más que un millón de palabras” y las acciones de Acrimet son elocuentes: un porcentaje significativo del material de sus productos tiene origen en el reciclado; sus empleados reconocen el esfuerzo de sus directivos para crear el mejor ambiente de trabajo; y la comunidad, con los diferentes programas de apoyo al atletismo y al deporte en general, que le permitieron ser el ganador del Premio Exelencia en Papelería 2007 en la categoría de Responsabilidad Social.
Goba Barrilito
La tarea de esta empresa es ejemplar y los docentes mexicanos lo reconocen. Es claro el compromiso de Goba con la educación de su país y lo ha demostrado con la serie de talleres y conferencias que organiza y apoya. No se trata de eventos dispersos en temas y en el tiempo, sino en encuentros que responden a un plan y que tienen una agenda preestablecida.
Un ejemplo es la Escuela para docentes desarrollada en la primera semana de junio de este año. “Las nuevas técnicas de información llegaron para quedarse, pero los alumnos han rebasado al docente, porque tienen más habilidades por el uso constante de estas innovaciones en sus actividades diarias”, afirma el Jefe del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de las Americas Puebla, quien participó en esta reunión. El encuentro que mencionamos, trató este tema y otros conexos que permiten ir construyendo la educación que nuestro siglo demanda.
Staedtler
Esta empresa alemana ha firmado un acuerdo con los sindicatos de trabajadores que integran su nómina. Destaca particularmente como un acto de Responsabilidad Social Empresaria porque el resultado es pionero y ejemplar.
El texto de este pacto ha sido incorporado, por primera vez en la industria alemana de elementos de escritura, dentro de los objetivos de gestión. Esto permitirá que su cumplimiento sea continuamente revisado y vigilado. Lo firmantes expresan su oposición al trabajo forzoso, al trabajo infantil y abogan por salarios justos en todo el mundo, entre otros derechos considerados fundamentales. Staedtler en su compromiso desarrolla el programa “Reescribir el Futuro”, en pro de la salud, alimentación, educación y protección de los niños.
Faber-Castell
Las filiales de esta empresa en todo el mundo dan inequívocas señales que demuestran que la Responsabilidad Social empresaria es parte constitutiva de su organización. Podemos citar, como un ejemplo emblemático, la tarea de Faber-Castell Perú en favor de los más necesitados y la promoción de nobles emprendimientos. Ejemplos similares se repiten en otros países latinoamericanos donde esta empresa está presente pero, para completar esta corta enumeración de empresas, queremos resaltar un ejemplo de responsabilidad en donde Faber-Castell se distingue particularmente: el respeto por el medio ambiente. Esto ha llevado a este fabricante, entre otras medidas igualmente destacables, a producir sus lápices con madera resultante de la reforestación en la zona de Prata (Minas Gerais, Brasil) y a exigir a sus proveedores el cumplimiento de normas básicas que garantizan un desarrollo sustentable (la cadena virtuosa que mencionábamos al comienzo).