Editorial Número 25 – Tiempo de predicciones
1 de enero de 2008 - numero_25
Todo comienzo de año es la época habitual para formular predicciones. Acaba de terminar 2007, y como en todo fin hay siempre la promesa de un principio, en la región acabamos de ver el fin de un año de crecimiento, antecedido por otros más de crecimiento sostenido de nuestras economías. Pero es probable que el principio que estamos viviendo no sea tan prometedor esta vez. En los últimos años, la persistente alza de las monedas locales frente al dólar, fue al principio motivo de entusiasmo, para convertirse después en una amenaza a la expansión económica que, aunque modesta, se proyectaba firme y sostenida. En la dinámica y cambiante economía global, en ocasiones las fortalezas de ayer se convierten en las debilidades de mañana.
Insertos en la globalización tenemos que reconocer los efectos económicos que ésta conlleva. Varios factores comienzan a reflejar un proceso de desaceleración: el alza en las tasas de interés, incertidumbre en los mercados financieros de la región -inducido por la crisis inmobiliaria y el peligro de recesión en EE.UU.- el alza en los precios del petróleo, la amenaza del cambio climático global, que quiéralo o no terminarán por afectarnos, y -por qué no advertirlo- la inestabilidad política de una región que se debate entre un neoliberalismo ineficiente para afrontar la postergación y la desigualdad social, y un nacionalismo populista y retórico, incapaz de aceptar las señales del debilitamiento de la producción y de la contracción de las inversiones. En 2008 no sería extraño que algunos empresarios del sector papelero se dejen contagiar por los pronósticos, traduciéndose esto en la postergación de sus proyectos de inversión, lo que fortalecería a sus competidores y levantaría las barreras de entrada a nuevos actores en el mercado.
Es que la amenaza se parece tanto a la oportunidad
La imprecisión de límites entre la crisis y la oportunidad, no sólo no nos permite distinguirlas, sino que es a su vez un signo inequívoco de que son exactamente lo mismo. Son ambas caras de una misma moneda.
Es evidente que los procesos de transformación adquieren una velocidad y una escala sin precedentes. Siempre que las sociedades han estado a punto de cambiar de piel, los primeros síntomas de ese cambio han dejado al descubierto nuevas posibilidades, la lectura de la situación ha permitido verlas como amenazas o como oportunidades, pero definitivamente han sido las acciones las que han permitido a los individuos y las empresas obtener una posición ventajosa en el nuevo escenario. La cuestión tanto para individuos como para empresas es convertirse en espectador o en protagonista.
Están quienes quedan a merced de la situación porque no saben que suceden los cambios, quienes se resignan a la situación porque saben cómo están ocurriendo los cambios, y quienes hacen que acontezcan los cambios –o al menos se valen de ellos- para generar una situación en su beneficio.
La resignación termina donde empieza la voluntad de cambiar la realidad, percibiendo entonces oportunidades donde antes se encontraban amenazas.
Es probable que el nuevo año nos dibuje un horizonte con nuevas amenazas ¿u oportunidades…? Como quiera que sea, lo cierto es que usted no debe quedar a la expectativa y debe tomar medidas para resolver nuevas situaciones, el reto es prepararse para la transformación. Postergar sus proyectos no es buena idea, cuando hay altas probabilidades de que entren nuevos competidores a escena, se debe aceptar el desafío y prepararse para enfrentarlo exitosamente.
Los artículos que le presentamos en esta entrega, pretenden ofrecerle una visión sobre la actualidad del mercado, su tendencia y sus protagonistas, así como plantear algunas herramientas. Esperamos que este material le sea de utilidad para el análisis del futuro escenario.
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