Editorial número 24:Las papelerías y el libre mercado
1 de octubre de 2007 - numero_24
Por Dr. Daniel Millán
Joseph Stiglitz es un hombre que desconfía del libre mercado o -para no ser terminantes y hacerle decir algo que él no piensa- por lo menos no confía en como lo vivimos en esta llamada era de la globalización. Podría ser una opinión más si no fuera porque este hombre fue uno de los directores del Banco Mundial, asesor del presidente Clinton y, como si esto no fuera suficiente, premio Nobel de economía 2001. El mismo economista muestra en su obra -un ejemplo paradigmático es la “guerra del opio”- que quienes preconizan una apertura total y la autorregulación, no siempre la practican. El llamado “libre mercado”, las más de las veces le da a la mayoría la libertad de los trolebuses. En apariencia podrían circular libremente, pero pocas posibilidades tienen de salirse del recorrido trazado.
Estamos por un mercado verdaderamente libre y esto nos lleva a apoyar a todos quienes intervienen generando riqueza con su trabajo. Nuestro sector, animado desde siempre por miles de pequeños negocios, se transforma progresivamente. En la dirección en la que vamos, los negocios tradicionales tienden a desaparecer y esto se presenta como un signo inevitable, explicado por una discutible aplicación darwiniana al mundo de los negocios: sobreviven los más aptos. ¿Los más aptos para qué? Es una buena pregunta y podríamos dejarla como tema para un próximo artículo.
Nos preocupa la capacidad de sobrevivir de los detallistas, “las papelerías de barrio” de nuestro sector y tratamos de compartir experiencias que los fortalecen. Hemos señalado ejemplos que iluminan, para que no se piense que hablamos de lo irrealizable. En más de una ocasión hemos mencionado a la Asociación Nacional de Librerías (Sonal) de Chile, que les brinda capacidad de compra y herramientas contemporáneas a las empresas afiliadas. No hemos dejado de citar en nuestras páginas a la ejemplar Asociación Venezolana de Papelerías y Afines (Avepa), y su compromiso con el sector que representa. Así también hemos informado sobre la iniciativa en Colombia de Coopapelerías, que lamentablemente no llegó a prosperar. Hoy queremos mostrar una experiencia que surge y se desarrolla en México, con el auspicio y apoyo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Artículos Escolares y de Oficina (Anfaeo), la que se puede leer en la página 30.
Existen en nuestros países créditos específicos que apoyan el desarrollo del sector. Lo que es nuevo es su institucionalización, el plasmar la idea con el claro objetivo de beneficiar al sector en conjunto, con crédito que le permita al mas pequeño no perder su capacidad de compra. Con esto se apoya también el desarrollo de quienes producen, en tanto se abre el abanico de posibles compradores, concentrado en la actualidad y con posibilidades de reducirse aun más. ¿Les conviene a los fabricantes producir para unos pocos clientes o la diversidad promueve el crecimiento? De interrogantes como este surgen ideas que podemos plasmar en este ejemplo que se elaboró desde la perspectiva mexicana, pero que es aplicable en general, a toda nuestra región.