Las mochilas y nuestro tiempo
1 de julio de 2007 - numero_23
{toggle createdate}No es posible imaginar a un estudiante contemporáneo –incluyendo a los universitarios- sin un teléfono celular en la mano, auriculares en los oídos y una mochila en la espalda.
Esta última, desconocida en la generación anterior, fue incorporándose progresivamente como el contenedor indispensable que organiza y distribuye la carga que los más jóvenes desplazan.
Es evidente que la evolución de los materiales jugó un papel determinante. La robustez, bajo precio y atractivos diseños, desplazaron a bolsones, portafolios y maletas, para ofrecer hoy atractivos productos que no sólo pretenden seducir por su capacidad y presentación. Sin descontar la no toxicidad de su materiales, es importantísimo que el diseño de estos productos tengan en cuenta que la estructura ósea de alguien en crecimiento, estará bajo su peso.
Aunque parezca preocupación de traumatólogos contemporáneos, el diseño de una mochila que transportara eficientemente y fuera también confortable, es a lo que dedicó Lloyd F. Nelson, el legendario “Trapper Nelson”, gran parte de su vida. Un viaje de exploración que hizo en 1920 cambió la historia del equipaje. Hasta entonces las mochilas eran poco más que bolsos con correas para colgarlos en los hombros. Nelson pensó que debían tener espacios acolchados y una estructura que distribuyera el peso y permitiera una adecuada ventilación. Después de años de experimentos y pruebas, su sueño se hizo realidad y pudo constituir una compañía que hizo famosa la mochila de su creador: “Trapper Nelson backpack”.
Si nuestras mochilas escolares pretenden ser herederas de las de Nelson, no deben descuidar detalles fundamentales. Si bien parece, en primera instancia, que lo más importante es la relación precio-durabilidad –algo que de ninguna manera se desestima- lo que no debe dejar de evaluarse es su diseño. Teniendo en cuenta que muchas veces el peso soportado es superior a los 10 kilogramos –el promedio parece ser 7.5kg- la mochila no sólo tiene que resistir, sino distribuir el peso de manera que el cuerpo que la soporta no sufra.
La papelería, como comercio de libros, cuadernos y útiles escolares, tiene una posición relevante cuando el estudiante decide donde guardar y transportar los mismos. Una buena exhibición, sumada a las acciones de promoción en el punto de venta, contribuyen a incrementar las ventas de mochilas. La campaña de marketing desarrollada por Vasari, es un buen ejemplo para tomar en cuenta en este aspecto. Algunas imágenes de esta página las explican por sí solas.
Recomendaciones para escoger una mochila escolar:
- La primera tiene que ver con la capacidad, una mochila cargada no debería exceder el 15% del peso total del niño. Si un niño pesa 45 kg., su mochila debiera tener un peso máximo de 6 kg. En cualquier caso, independientemente del peso del niño, no debiera exceder los 12 kilogramos.
- Los materiales pesados agregan una carga innecesaria, escoja los más livianos, resistentes e impermeables.
- Si bien los compartimentos ayudan a organizar, también son una motivación para cargar innecesariamente. Piense en lo estrictamente necesario.
- Los tirantes de los hombros y la superficie que queda directamente sobre la espalda, deben estar acolchados. Una solución ideal son las que tienen cojines de aire, fácilmente regulables. Dos juegos de tirantes muy importantes son los de cintura -que permiten ajustarla a este nivel- y los de compresión que ayudan a estabilizar la carga.
- Nunca es mala idea que exista material fluorescente que ayude a identificar al usuario en la oscuridad.
- Evite las mochilas con ruedas, no son siempre necesarias, obligan a cargarlas en escaleras o gradas y promueven lesiones en las muñecas.
- Procure que sea de tamaño reducido, pero sin comprometer su capacidad.
Consideraciones que evitarán consultas médicas:
- La mochila debe quedar justo debajo de los hombros y la parte inferior debe caer justo en la curva inferior de la espalda.
- Si ajusta el tirante de cintura la mochila quedará pegada a la espalda, esto ayuda a disminuir la tensión entre ésta y los hombros. Los tirantes deben estar apretados pero deben transmitir sensación de libertad de movimientos.
- Use los tirantes de los hombros para distribuir la carga de forma pareja.