Globalización o proteccionismo, siempre habrá un dilema
1 de julio de 2007 - numero_23
{toggle createdate}Hace pocos días salió a la luz pública internacional la denuncia de que en la sureña ciudad china de Dongguan, provincia de Guangdong, habría cuatro empresas de nuestro ramo practicando la explotación infantil.
Las firmas en entredicho son Lekit Stationery, Mainland Headwear Holdings, Eagle Leather Products y Yue Wing Cheong Light Products. El avispero fue revuelto porque afectaba a las licencias concedidas por el Comité Olímpico Internacional (COI), para la fabricación de artículos stationery que se producen para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Aunque el informe sobre estos abusos en los derechos de los trabajadores fuera evidenciado por la Confederación Sindical Internacional, debemos entrever que el motivo de la denuncia, más que gremial o humanitaria es también de índole económica. Dichas licencias implican millonarios contratos, cuya concesión habría afectado los intereses de numerosas industrias alrededor del globo. Cada niño habría trabajado 6 días a la semana y habría recibido alrededor de US$ 2,50 diarios por jornadas de 12 a 14 horas. El gerente de Lekit, Michael Lee, salió a deslindar compromisos aduciendo que la responsabilidad era de una empresa subcontratista: Leter. Algo curioso es que Leter tiene su planta en la vereda de enfrente de la de Lekit. Como sea, las autoridades chinas ya tomaron cartas en el asunto, ahora deberán redefinir sus políticas de control.
Los avances que ha experimentado China desde que inició sus reformas económicas hace casi tres décadas, se ven comprometidos por una práctica de empleo sin escrúpulos y huérfana de moral de algunos empresarios. El dumping social o explotación laboral, con remuneraciones salariales por debajo de las normas que dicta la Organización Mundial del Trabajo, OIT, es una manera de ofrecer precios más baratos, pero el control del Gobierno tiende a revertir dicha práctica. Por otro lado el previsto levantamiento gradual de las subvenciones a las exportaciones chinas durante este año, lo que incidirá en un aumento de precios que según algunos operadores ronda el 10%.
Además un informe del Banco Asiático de Desarrollo (BAD), advierte sobre la artificialmente baja cotización de la moneda china, el yuan, y su inminente apreciación. Pero los ajustes no terminarían allí, las violaciones a los derechos de propiedad intelectual, son motivo de constantes denuncias ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), que insinúan que algunas autoridades locales tendrían un parche en el ojo que les impide ver la piratería, la falsificación y las copias. El calentamiento de la economía china, el aumento del consumo interno y otros indicadores muestran que para entrar en vereda, el gigante asiático deberá provocar una desaceleración en el ritmo de crecimiento de sus exportaciones, algo que estaría sucediendo este año.
Para ser claros debemos señalar que no es lo único que debería cambiar internacionalmente, el mantenimiento de un dólar débil tampoco contribuye al intercambio comercial, ni al desarrollo del potencial exportador de los países menos desarrollados. Eso y otras acciones legitimadas en diversos TLC -apenas bilaterales- desvirtúan la efectividad de un marco regulador universal como el de la OMC.
Más allá de esta columna, en las páginas que le suceden, procuramos describir los hechos y el acontecer que de alguna manera afectan al sector. Por su parte el lector, podrá entre líneas darle la interpretación más adecuada para el giro de sus actividades profesionales.
Disfrute su lectura.