La pintura acrílica
1 de octubre de 2006 - numero_20
Tomado del fascículo No. 16 de la Colección Leonardo de Vinciana Editora
Colores y Pinceles
Los colores acrílicos se encuentran en la gama de los más usados, pero nosotros aconsejamos al principiante que empiece con no más de diez colores comprendido el blanco, aunque decida comprar una caja con paleta, pinceles y 20 o 25 colores. Una lista indicativa podría ser ésta: amarillo cadmio linón, rojo cadmio claro, rojo cadmio púrpura, azul cobalto, azul ultramar, verde óxido de cromo, amarillo marte, tierra de Siena tostada, tierra de sombra tostada y blanco titanio.
Esta primera gama, podrá ser enriquecida después, a medida que se vaya adquiriendo práctica. Respecto a la pintura al óleo, los acrílicos tienen también la ventaja de no untar y de carecer de olor.
Para más precisión, hay que decir que existen dos tipos de colores sintéticos: los acrílicos propiamente dichos y las que podemos llamar témperas acrílicas. Este segundo tipo es más barato que el primero, pero tiene menos cuerpo y no tiene, a la larga, la misma resistencia a la luz; en realidad, con ellos se obtienen efectos preciosos sobre superficies totalmente opacas y sedosas. Los artistas (al menos quienes han usado ambos tipos) prefieren obviamente el primero, o sea el acrílico propiamente dicho.
Como norma general, podemos indicar que la mejor manera de proceder al iniciar un trabajo es: dibujar el modelo con carboncillo, quitar con una pluma de oca o de gallina lo que sobra, dejando solamente un esbozo, y repasarlo con tierra de Siena diluida; empezar el cuadro pintando primero las partes en sombra o más oscuras; cubrir las superficies más amplias y de un solo color con un pincel más bien grueso y con el color bastante diluido. Para ello, no hay que olvidar que es mejor pasar del oscuro al claro y no viceversa, o sea, si hay que lograr un verde pálido, habrá que extender primero un tono de verde más profundo y dar el tono claro por último, en la fase final.
En cuanto a los pinceles, que se distinguen por números según su tamaño, bastará empezar con unos siete u ocho de pelo de cerda, que son los más comunes: uno del No. 8, dos del 10, dos del 12, uno del 14 y uno del 18, más un par de pinceles de pelo de marta (No. 6 ú 8) para los detalles más pequeños y para un acabado más delicado.