Optimizando el tiempo: Encuentros comprador-vendedor
1 de enero de 2006 - numero_17
No es casual que los encuentros, como el SBTS Latin America Marketplace, despierten un creciente interés entre los hombres de negocios.
En estas reuniones, programadas cuidadosamente, un comprador se encuentra con un vendedor, cara a cara, y pueden concentrarse, gracias a la privacidad del espacio, en lo que les interesa a ambos. No hay ruidos innecesarios y, gracias al mutuo interés, los resultados son siempre beneficiosos para quienes intervienen.
En un simple viaje, como el que demanda la visita a una feria, un comprador puede entrevistarse con los proveedores de su interés, en diferentes citas y lo mismo, a la inversa, sucede con quienes venden. Estos últimos pueden, en contactos cara-a-cara, reunirse con actuales o potenciales compradores, sin desperdiciar un minuto de tiempo.
En muy pocos días, los empresarios llevan a cabo gran cantidad de reuniones y casi sin pausa. Los 25 minutos de duración de cada encuentro, son aprovechados al máximo por los compradores, que tienen claro que no pueden desperdiciar la oportunidad para negociar convenientes acuerdos y obtener productos más competitivos, conociendo nuevas fuentes de abastecimiento. Por otro lado los proveedores, explotarán la ocasión para conseguir ventas con los detallistas y distribuidores más importantes.
Lo que parece la coordinación de una simple reunión, es algo bastante más complejo y requiere de experiencia y tecnología adecuadamente aplicada. En el caso de Latin America Marketplace (Latitud 0º), por ejemplo, los organizadores tienen la experiencia en operar reuniones uno-a-uno (comprador-vendedor SBTS) y conocen a los actores del sector en el mercado regional. Pero además han hecho una gran inversión desarrollando tecnología y programas informáticos que incrementan la efectividad del proceso.
Un atractivo componente de este modelo de negocios, lo es también la obtención de relaciones perdurables, éstas son construidas en el transcurso del evento cuyos participantes comparten comidas, espectáculos, paseos y un bar libre abierto para conocerse y confraternizar todas las noches, después de cada productiva jornada.
Los encuentros uno-a-uno son componente inevitable de toda feria, pero la importancia de los encuentros comprador-vendedor han trascendido el espacio de una exposición y en la actualidad tienen vida propia. En un futuro no muy lejano, ningún ejecutivo podrá eludirlos. Serán la forma inevitable de definir o redefinir estrategias de venta, contactando a todos los interesados en un sólo lugar con una agenda organizada.
