Notas del Editor número 16
1 de octubre de 2005 - numero_16
El yuan rompe su paridad con el dólar
El Gobierno chino ha decidido desbloquear su divisa, quitando el cambio fijo con el dólar estadounidense. Después de mantener durante una década al yuan bajo el régimen de cambio fijo, en 8,2765 respecto al dólar, Pekín accedió a revaluar su moneda en un 2,1 % para llevarla a 8,11 en relación con el dólar. Un dólar que el último año se devaluó varias veces en ese porcentaje, por lo que el ajuste debería ser mayor.
A la divisa china, conocida también como “renminbi” (RMB), se le permite oscilar un 0,3 % respecto a una tasa establecida diariamente. Esto, en teoría, podría permitir a la moneda revaluarse mucho más en el futuro, algunos son tan optimistas que creen que el yuan podría subir otro 6 % en los próximos meses. La medida supone un primer paso hacia un tipo de cambio flexible. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, señaló que el organismo piensa que China se considera a sí misma técnicamente lista para avanzar hacia una política cambiaria más flexible. Declaraciones como ésta permiten abrigar esperanzas de quienes sienten la competencia de los productos chinos; sin embargo no pensamos igual, el Banco Popular Chino continuará restringiendo la variación de su moneda, permitiéndole oscilar en una franja del 0,3% apenas.
El bajo precio de numerosos productos procedentes de China, no responde sólo a una tasa de cambio represada, sino a un costo de mano de obra bastante por debajo de la media internacional, sumado a veces a la mala calidad de los procesos de fabricación y de sus componentes o materias primas. Es por eso que no suponemos que en el corto plazo cambie el panorama. Otro agravante es que algunas factorías se prestan a la piratería y la falsificación, “fusilando” literalmente ciertos productos y marcas que antes gozaban de una vida saludable – Lo que se puede leer en algunas Noticias Internacionales de esta edición o específicamente en el artículo “Campaña contra la Piratería” (pág. 11) –
La “subfacturación” es otra variable que entorpece el ejercicio de una competencia ética; existen comerciantes que en combinación con sus proveedores, emplean este procedimiento ilegal practicando el contrabando. Es menester un código de ética de vigor mundial, que trascienda las normas de comercio internacional, o que al menos autorregule el comportamiento de los empresarios de nuestro sector.
No pretendemos ignorar a aquellas muchas y respetables empresas chinas que remuneran y capacitan de forma adecuada a su fuerza laboral, ni a las que producen con una calidad responsablemente comprometida con el consumidor final.
El crecimiento económico de la nación asiática, impulsará el poder adquisitivo de su población y con ello aumentarán las exigencias de estándares mínimos de calidad. Entonces podremos encontrar en nuestros mercados cada vez más mercadería importada de esa procedencia, con atributos suficientes para lograr la recordación de marca y, algo más importante aún, ganarse el derecho a la reposición. Llegado ese momento los precios tampoco serán los mismos, el desarrollo de productos, la calidad de las materias primas y la prolijidad en la producción tienen un costo, independiente de cualquier tasa de cambio.
En esta columna a principio de año señalábamos cómo el escenario chino atemoriza a algunos empresarios y atrae a otros, según vean al gigante asiático como competidor, fuente de producción barata o mercado de consumo ¿y por qué no? las tres cosas a la vez. Asimismo destacábamos el hecho de que muchos fabricantes, habían establecido algunas de sus operaciones en ese país. Tal como en otras ediciones, en la sección Empresas en Movimiento de esta entrega, también se encuentran notas sobre este tópico.
De todas formas es previsible un aumento de precios en el corto plazo, pero este se daría como consecuencia del alto costo de los hidrocarburos y su incidencia sobre las materias primas y el flete de la mercadería. Si el barril de petróleo continúa en ascenso las consecuencias en los mayores costos afectarían incluso a los países productores. Pero éso sería materia de otro análisis.
En un ambiente signado por la transformación, hay algo que continúa estable: la necesidad de mantenerse informado para reaccionar con una adecuada velocidad de respuesta.
Disfrute su lectura.