La diferencia entre Einstein y Edison
14 de febrero de 2012 - Destacados
Albert Einstein y Thomas Edison fueron dos genios que uno asocia inmediatamente a la innovación y la creatividad. A primera vista alguien podría decir que no se encuentran en un mismo plano. Einstein fue un físico que revolucionó la forma en que miramos el universo y por más méritos que tenga Edison (uno de los inventores más prolíficos de la historia), no podría acercársele.
Sin embargo, esto último es relativo. El inventor americano tuvo un tipo de genio diferente, práctico y aplicado, y por lo tanto imposible de comparar con el físico alemán. Edison se abocó durante décadas a transformar, a partir de la observación y la experimentación, principios físicos en productos concretos que mejoraron nuestras vidas para siempre.
Al trabajar en una empresa u organización, el desarrollo de la innovación requiere de “einsteins” tanto como de “edisons”. Los primeros son los que el sicólogo Michael Kirton llamó innovadores y los segundos los que denominó adaptadores.
Las personas con una orientación marcadamente innovadora son aquellas que, puestas a resolver un problema, desafían todo lo que se ha hecho hasta el momento. Buscan modos nuevos, enfoques no probados y tratan de cambiar las reglas y las definiciones mismas del problema que se les plantea. Son los que mejor aplican lo que se ha llamado pensamiento lateral, es decir buscar soluciones por caminos impensados. Como Einstein, con frecuencia ponen las teorías vigentes patas para arriba.
Pero ellos no son los únicos necesarios para implementar la innovación en una empresa. Los adaptadores (los “edisons” del mundo corporativo) son aquellas personas que también se abocan a resolver problemas, sólo que sus enfoques son menos revolucionarios. Buscan aproximaciones más graduales a la resolución del problema. Tienen quizás menos ideas, pero éstas son más prácticas, fáciles de aplicar y tienen más chances de tener éxito. Los adaptadores se arriesgan menos, no les interesa revolucionar nada, pero su practicidad y método los hace a veces mucho más efectivos que los innovadores radicales, que están mucho menos preocupados por la aplicación práctica de sus ideas y no les quita el sueño que estas fracasen.
¿Para qué le sirve esto a una empresa? Estos son los puntos más importantes:
1. Un equipo de trabajo en una empresa tiene que tener tanto innovadores como adaptadores. Es bueno que haya un equilibrio de perfiles. Las fortalezas de unos son las debilidades de otros.
2. A ninguna persona debe exigírsele algo que va en contra de su propio perfil o inclinación natural. No le pida revoluciones al adaptador ni pensamiento práctico al innovador. El rendimiento de una persona depende del lugar y rol que se le dé en el equipo.
3. Ninguna persona es totalmente innovadora o totalmente adaptadora, todos estamos en algún punto intermedio, más hacia el lado innovador o más hacia el lado adaptador. Mientras más cerca de los extremos estén los miembros de un equipo, más dificultades encontrarán para trabajar. Mientras mayor sea la distancia entre ellos, sus visiones serán más encontradas y la forma de encarar los problemas creará tensiones. Lo que nos lleva al cuarto punto.
4. Un rol importante en el trabajo en equipo es el de los “miembros puente”, aquellas personas que no son ni marcadamente innovadoras ni marcadamente adaptadoras. Tienen un perfil o personalidad intermedio, a veces actúan de una forma y otras de diferente manera. Ellos, por estar en el medio, son los encargados de acercar las posiciones de ambos bandos.
¿Cómo saber si una persona es innovadora o adaptadora? Hágase estas tres preguntas con respecto a esa persona:
1. ¿Tiende a cuestionar las reglas, supuestos y estructuras establecidas?
2. ¿Se siente molesto/a con los detalles?
3. ¿Suele tener un flujo constante de ideas sin preocuparse demasiado por cómo implementarlas?
Si todas o la mayoría de las respuestas a esas preguntas son Sí, usted está en presencia de una persona con orientación innovadora. Si son No, se encuentra ante un individuo con orientación adaptadora. Analice su equipo y saque lo mejor de sus capacidades.
Autor: Eduardo Remolins, Economista especializado en Gestión de la Innovación. Autor del libro La Primera Venta del Emprendedor.
Fuente: MateriaBiz