Récord Guinness: La colección de lápices más grande del mundo
1 de enero de 2007 - numero_21
El uruguayo Emilio Arenas reunió durante 50 años más de 9100 lápices
Con apenas 10 años de edad, Emilio Arenas, estaba iniciando, premonitoriamente, lo que hoy es la colección de lápices más grande del mundo. En 1956, escribiendo un dictado en su clase de 5º grado, con un lápiz de Arroz Corona, que dicha firma obsequió a los escolares en Uruguay, interrumpió a su maestra pidiendo otro lápiz, para proseguir la escritura y guardar el que tenía. Ante la ocurrencia, la maestra le dijo “tomá 2 del Consejo Nacional de Enseñanza Normal, uno para tu dictado y otro para tu colección”.
Al cabo de los años, lejos de detenerse, su pasión aumentó y en 2001, cuarenta y cinco años después, habiendo reunido 5.500 piezas, obtuvo el récord Guinness -aún en su poder- que fue homologado en 2005 con 8.345 lápices. Hoy Emilio cuenta con más de 9.100 lápices. Hace unos años decidió mostrar sus colecciones al mundo “para que vean que se puede, siempre se puede y se pueden hacer las cosas bien” e instaló en su casa granja de Colonia (Uruguay), el Museo de las Colecciones, en donde exhibe con orgullo el producto de su perseverancia y dedicación a lo largo de cincuenta años.
El obtener el récord Guinness, en 2001, le deparó una sorpresa, la más agradable de su vida, como coleccionista: el mismo Conde Anton Golfgang Graf von Faber-Castell, titular de la empresa homónima, quiso conocer y homenajear al ganador. Emilio Arenas y su esposa, invitados por el Conde, y apoyados por Rodolfo Klimesch y familia (representantes de Faber Castell Uruguay) viajaron a Alemania en mayo de 2002 y el 28 de ese mes, producto de una “jugada maestra” realizada por su esposa Reina, y Klimesch, con la complicidad del Conde, Emilio ingresaba al castillo Faber-Castell en Stein. Ese día Emilio estaba cumpliendo años, “toqué el cielo con las manos” recuerda. A partir de la difusión que hizo Faber en medios de todo el mundo, Arenas comenzó a recibir unos mil lápices por año de donantes de los más recónditos lugares del planeta, “a raíz de esta difusión, en cinco años casi se ha duplicado lo que me llevó 45 años reunir, y ojalá sigan llegando estas contribuciones porque la colección ya es del mundo”.
En la sala de lápices del museo hoy se puede ver un panel donado por Faber-Castell en el que se explica el proceso de fabricación. También dos piezas sumamente exclusivas con las que la empresa alemana homenajeó al coleccionista: el más pequeño de los lápices y el lujoso ejemplar de platino.”El señor Gerard Lemerman, gerente de Faber Alemania, cuando vino a visitarnos en 2003, me regaló uno de los lápices del récord Guinness en miniatura, tiene 17 mm de largo y sólo existen diez en el mundo, como coleccionista el único que lo tiene soy yo y como si eso fuera poco -se ufana Emilio- fui el sexto en recibir el lápiz de platino. Es un honor”. La atracción para el visitante al Museo Granja Arenas se completa con las colecciones de llaveros (27.000 piezas), cajas de fósforos, latas de cervezas y gaseosas, y también con las de tarjetas telefónicas y frascos de perfume, estos últimos reunidos por Reina Nidegger, su socia en la vida hace 37 años.
El recorrido por el Museo generalmente termina con una visita a la reserva de fauna autóctona, al sector de productos de granja, en donde Arenas y familia elaboran sus dulces y mermeladas, a su salón de degustación, para finalmente recalar en su restaurante de comidas caseras y parrillada. Emilio no deja de recalcar, especialmente a los visitantes más jóvenes, las virtudes que hacen al coleccionista: “Cuando se colecciona algo, se invierten valores como la perseverancia, la curiosidad y el sacrificio. Y siempre se puede, eso es algo que repito hasta el cansancio”.
– Museo Arenas, Ruta 1 Km. 167, Riachuelo, Colonia. CP 70.000, Uruguay.
– E-mail: arenas@adinet.com.uy
– Web: www.granjacolonia.com